CONOCIENDO EL DOSHA VATA

DOSHA VATA

Ayurveda asocia a Vata con el viento imprevisible y siempre en movimiento.

Es el principio del movimiento que impulsa los sistemas físicos, tales como la respiración y la circulación.  

Si en tu constitución domina Vata es posible que seas de complexión delgada, gestos físicos veloces y una progresión igualmente rápida de ideas y sentimientos que pasan sin cesar por tu mente.
Las características de tu experiencia diaria son el apasionamiento y el cambio constante. 
La persona Vata, cuando su sistema mente-cuerpo está equilibrado, es vibrante, creativa y entusiasta, pero si Vata empieza a exceder su proporción normal puede haber nerviosismo, trastornos de sueño y de piel, así como una mala digestión. 

Los Vata pueden sufrir fácilmente de ansiedad, miedo, sufrimiento o agitación debido a que viven a toda máquina. Por lo que se le sugiere que intente encontrar tiempo para reponer fuerzas con regularidad, disminuyendo el ritmo de vida y realice actividades tranquilas. Cuando el Vata está en equilibrio con los otros dosha las personas Vata son: entusiastas, concentrados y positivos. 

El típico Vata es capaz de actuar con rapidez, adaptarse fácilmente a situaciones nuevas y es despierto y creativo. 

Si el Vata está en equilibrio duerme bien, su vejiga e intestinos funcionan bien y su sistema inmunológico es fuerte. Si el Vata está en desequilibrio: piel seca, uñas frágiles y rugosas, lengua seca, tez marrón grisácea, estreñimiento, tos fuerte, ojos y labios secos, depresión o falta de energía y alegría, problemas respiratorios, insomnio o interrupción del sueño, fatiga, ansiedad, preocupación, confusión, mareos, tensión alta.

LOS DOSHAS

 Los Doshas

Según el Ayurveda hay diferencias entre las personas en función de tres tipos físicos metabólicos, conocidos como Doshas. Cada uno de nosotros nace con una proporción única de doshas, de donde surge lo que somos físicamente, intelectualmente y emocionalmente. El tipo físico ayuda a revelar tu individualidad bioquímica, tu propia naturaleza.

A cada tipo le corresponde percibir la dieta, ejercicios y estilo de vida que más le convenga para mantener su equilibrio mente-cuerpo.

La proporción de los doshas en cada individuo puede variar según los acontecimientos por los que vamos pasando, casi todos tenemos uno o dos doshas activos mientras que el tercero permanece de forma pasiva o en menor grado.

Una persona está en equilibrio cuando los dos doshas están presentes en proporciones originales o más o menos iguales. Si el estrés u otras causas nos llevan a una desviación pronunciada desde nuestro equilibrio al nacer, nos tornamos cada vez más vulnerables a las enfermedades físicas y emocionales.

Otros factores importantes que nos pueden conducir al desequilibrio son los hábitos que adquirimos en la vida diaria:

Como comemos.
Como bebemos.
Traumas internos o externos.
Forma de relajarnos.
Los cambios de estación.
Los cambios de horarios.
La genética.

EL MASAJE AYURVÉDICO.

 EL MASAJE AYURVÉDICO.

El masaje Ayurvédico constituye uno de los importantes componentes de este sistema para lograr el equilibrio cuerpo-mente que tanto anhelamos. El cuerpo nos manda constantemente señales que nosotros por la vida estresante que llevamos, no le prestamos la atención debida. Empieza con un síntoma (una simple contractura) y continúa con algo más interno y profundo que llega a convertirse a lo largo del tiempo en una seria enfermedad. Con el masaje tomamos contacto con nuestras energías ganando conciencia corporal.

COMO ACTÚA EL MASAJE AYURVÉDICO.

 El masaje estimula la producción de anticuerpos y fortalece los componentes vitales del cuerpo. Los aceites utilizados, otorgan fuerza a los nervios. Existen puntos importantes de presión llamados marmas. Existen 107 en todo el cuerpo y tienen que ver con las uniones o puntos de encuentro de los cinco principios orgánicos (músculos, vasos, ligamentos, huesos y articulaciones). Estas uniones constituyen el asiento de la fuerza vital o prana. El Masaje es un intercambio de energías entre dos cuerpos. Cuando damos o recibimos, no sólo manipulamos músculos, piel y huesos, sino también trabajamos con las energías, tanto físicas como mentales. Esta energía se transmite desde el cuerpo del que da el masaje hacia el cuerpo que lo recibe. Los marmas juegan un importante papel en la absorción de la energía, y por lo tanto, del campo psicosomático del receptor.